Hemos escuchado en la calle frases como "conoce el nuevo diseño 2007" o "diseño a tu medida" y estas leyendas bien pueden vestir a cualquier producto o servicio sin importar el giro de que se trate. Pareciera que se trata de la venta del diseño por el diseño mismo, y no por las soluciones para la cuales fue generado.
Si entendemos al diseño como proceso veremos que hay algo de cierto en estas frases, solo que a veces nos quedamos cortos en su observación: los productos diseñados vienen a satisfacer necesidades, sólo que las necesidades han cambiado.
Antes adquiríamos con mayor frecuencia productos en base a su utilidad -claro, eligiéndolas por su marca, color, estilo, novedad, etc,- pensando primordialmente para que nos sirviese para algo más. Ahora, nos encontramos a diario comprando cosas solo por que nos agradan, aunque no las necesitemos, y lo más relevante de este dato: las compramos como parte de una adicción.
Esto es, nos absorbió el consumo. Y el consumo, como tal, ya es catalogado como una adicción.
Acudo a un artículo publicado en la versión electrónica del periódico Mural, del Grupo Reforma el día de hoy. Leelo, y después de ello te hago nuevamente la pregunta que encabeza este post, agregándole otras más:
¿El diseño puede causar adicción? ¿la fomenta? ¿ha crecido gracias a este fenómeno? ¿tuq ue opinas?
Va el artículo:
Califica consumismo como droga-----
Por: Lourdes Zambrano, Foto: Claudia Susana Flores
El filósofo francés Gilles Lipovetsky dijo que los 'hiperconsumidores' tratan de aliviar su soledad al ir de compras.
Monterrey, México (19 agosto 2007).- Los consumidores del Siglo 21, a los que el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky llama "hiperconsumidores", son seres incapaces de sobrellevar su propia existencia y tratan de aliviar todos sus males, especialmente la soledad, comprando.
"El consumo funciona como un doping, es un paliativo para contrarrestar la vida difícil del individuo y su miseria cotidiana", afirmó el sociólogo en el Centro Estudiantil del Tec de Monterrey.
Lipovetsky, considerado uno de los filósofos más importantes de la actualidad, impartió la conferencia "La sociedad del hiperconsumo", ante un público numeroso reunido en la Cátedra Alfonso Reyes del instituto.
El intelectual, quien se ha dedicado a explicar y armar la figura del consumidor, comparó la acción de comprar con una pequeña fiesta en la vida cotidiana, una actividad que rompe la angustia de la rutina y combate la fosilización de la existencia.
El autor de "La Era del Vacío" dijo que los hiperconsumidores, que aparecieron desde los años 80, son distintos a los que se generaron entre los 50 y 70, porque hoy compran por una necesidad propia, por el hedonismo y el placer que brinda, a diferencia de la anterior generación, que lo hacía por razones sociales, por presumir el poder adquisitivo e insertarse en un nivel social.
Otro cambio visible entre generaciones fue la transformación del consumo por confort algo necesario , al consumo por satisfacer los sentimientos.
"Pasamos de un confort cuantitativo a uno estético. No sólo hay que fijarnos en la eficacia del objeto, ahora tienes que fijarte en el placer de los sentidos", dijo.
Lipovetsky señaló con cierta ironía las paradojas que existen entre las características y costumbres del hiperconsumidor actual: no importa a dónde viaje, el chiste es irse de su lugar de origen; hay una libertad sexual para vivir en los límites, una sociedad neodionisiaca, pero a la vez son más populares los productos orgánicos, se rechazan los alimentos genéticamente modificados, y hay una obsesión por la salud y la buena figura.
También, dijo, hay una existencia conjunta entre tecnología y estética, materialismo y espiritualidad, y alta tecnología y moda, por señalar algunas.
El extremo de los hiperconsumidores, que los ha llevado a niveles compulsivos y enfermizos, se ve reflejado en la proliferación de tiendas con servicio las 24 horas.
"Hay que comprar de día y de noche, cuando lo necesite", expresó el autor, nacido en 1944.
A pesar de no estar a favor del hiperconsumo, tampoco le pareció razonable que se le condene a muerte.
"No es el consumo lo que está mal, sino el exceso, el hecho de vivir para el consumo como si éste se convirtiera en el todo de la existencia", indicó con énfasis el también autor de "El Lujo Eterno" y "La Tercera Mujer: Permanencia y Revolución de lo Femenino".
Lipovetsky se mostró escéptico hacia las soluciones que han buscado ciertos grupos sociales o los propios hiperconsumidores para aliviar la superficialidad de su existencia, practicando budismo o yoga, tan de moda.
Para él, la solución es simple: una pasión sólo se puede eliminar con otra pasión, no importa cuál, ya que de todas formas la acumulación de objetos y la riqueza llega a un tope.
"Podemos aumentar la riqueza, pero la felicidad no aumenta", comentó.
Lipovetsky cerró su conferencia con un consejo que resumió su presentación y sus estudios.
"Que el consumo no sea el alfa y omega de su vida".
Importantes observaciones, no lo crees?
Serán bienvenidos tus comentarios en este blog, abajo viene la liga para escribir tus comenatrios.
Saludos!
Leo.
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